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Que pena que hasta aquí se llega sin saberlo y ahora es uno y nada más, preguntándose, como se llega hasta acá?.
Se llega sin saberlo y cuando cerrás la puerta está el techo negro y líneas amarillas, que diseño.
Pero si te preguntás a vos mismo por que tanta gente se interpone, por que tanto mundo existe y por que estás y por que tendrías que ir y por que tendrías que obedecer y fingir y preocuparte, por que sos tan bueno o tan mierda.

Yo viaje al sur y al norte y he pisado las mismas tierras que tantos otros pensando: “acá estoy”, pensando en nada, pensando en todo.
Que angustia, de no creer, resulta que la maraña no era un ovillo.

Se sacan fotos, se huye, se estafa. El espectador tiene derecho a observar, pero no a participar, entonces simplemente especta, crea imaginarias tangentes, pero se esfuman cuando termina la película y comienza el oprobio in cúlmine.
Pero si pensás, estas muerto, fuera de onda, las cosas son así, y así se muere vivo.
Imaginar, porque imaginar es entonces lo único importante, sin más. Lo que te cuesta queda al paso y ya nadie necesita decirte cual es tu canon, porque vos te fuiste, te encerraste, no entendiste que la ficción NO va al baul y vos pretendés sin sentido levantar la espada y revolear el escudo.

Me falta el aliento y necesito de mi particular Bosque de las Ardenas: La Noche.
Pero a tal efecto, debo aguardar y no es que me haya quedado sin fuerzas, es el reflejo de asistir al deterioro al que nos somete el entorno y la culpa propia. Y está dicho, se ha visto, no es cuestión de Fé.

1 comentarios:

Vintagio dijo...

Buena verba, Camusiano

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